Hace unos años era algo apenas conocido; hoy, millones de personas en TikTok, Instagram y YouTube comparten sus “antes y después” de hacer mewing.
El «mewing» es una práctica que implica mantener la postura correcta de la lengua contra el paladar para influir en la apariencia y el desarrollo facial, cambiando la forma del rostro solo con mover la lengua. Eso es lo que dicen los practicantes.
Muchos influencers en estas plataformas aseguran que ha redefinido su mandíbula sin cirugía ni aparatos.
Pero, ¿realmente funciona o solo es un fenómeno visual viral sin respaldo científico?
Orígenes: del consultorio a las redes sociales
El mewing fue propuesto por primera vez por el ortodoncista británico Dr. John Mew en la década de los setenta como parte de una teoría llamada ortotropía.
Él defendía que muchos problemas de mordida y desarrollo facial son causados por hábitos (respiración por la boca, posición incorrecta de la lengua) más que por genética.
Su hijo, Michael Mew, continuó y amplió estas ideas, que con el tiempo se volvieron virales a través de redes sociales. El objetivo de la ortotropía era guiar el crecimiento facial mediante ejercicios, postura de lengua y aparatos de expansión en niños, explicando que la presión de la lengua bien colocada puede ensanchar el paladar y reestructurar la mandíbula en desarrollo.
Sin embargo, aunque interesante desde la hipótesis, sus métodos no cuentan con respaldo de la comunidad científica ortodóncica tradicional. Además, Michael fue expulsado de la British Orthodontic Society y John perdió su licencia profesional, precisamente por las prácticas no convencionales y declaraciones sin evidencia respaldatoria
¿Qué propone el mewing y por qué atrae tanto?
Las redes impulsaron una versión simplificada: mantener la lengua pegada al paladar, cerrar los labios, respirar por la nariz y sujetar los dientes en contacto ligero. Se dice que así se puede:
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Crear una mandíbula más definida y perfil facial estético
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Realinear dientes y mejorar la mordida sin aparatos
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Combatir el bruxismo o dormir mejor al respirar por la nariz
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Mejorar postura cervical y estética general
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Los videos muestran resultados rápidos, encuadres fotográficos favorecedores y promesas tipo «sin aparatos ni cirugías».
Las búsquedas en TikTok superan los 10 mil millones de vistas, en gran parte motivadas por adolescentes influenciados por comunidades de “looksmaxxing” que idealizan la mandíbula perfecta
La ciencia responde: ¿funciona el mewing en adultos?
Según múltiples organismos y expertos, como la American Association of Orthodontists (AAO), la técnica no cuenta con estudios clínicos que acrediten su efectividad.
En adultos, cuyos huesos faciales ya están desarrollados, simplemente no hay evidencia de que cambiar la posición de la lengua pueda alterar estructuras óseas de forma permanente
Realidad científica:
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La posición lingual y respiración nasal ayudan en el desarrollo infantil, especialmente en niños entre 5 y 10 años.
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En adultos, la práctica puede mejorar algunos síntomas funcionales, pero no cambiar físicamente la mandíbula.
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Los estudios revisados concluyen que el mewing no tiene respaldo en la literatura ortodóntica ni sirve como alternativa a tratamientos profesionales
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Riesgos reales asociados al mewing
Aunque el gesto parece inocuo, hay ciertos peligros que la mayoría no advierte:
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Presión dental desigual: podría empujar dientes de forma descontrolada generando maloclusión o desplazamientos
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Problemas en la articulación temporomandibular (ATM): tensiones excesivas pueden generar dolor o disfunción articular
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Alteraciones del habla: cambios en posición lingual pueden afectar pronunciación o generar lisps
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Y lo más preocupante: el Instituto regulador británico concluyó que un niño tratado por Michael Mew sufrió crisis tipo convulsivas por el uso de aparatos no supervisados apropiadamente.
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¿Entonces el mewing sirve o no?
Lo que sí resultaría útil y saludable es mantener una posición de lengua adecuada, respirar por la nariz y cuidar la postura general: hábitos recomendados por muchos especialistas.
Pero todo eso no es lo mismo que esperar cambios estructurales permanentes.
Las fotografías “antes y después” suelen estar editadas o cambiadas por iluminación, ángulo o pérdida de peso, no por efecto real del mewing
¿Qué alternativas reales existen?
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Ortodoncia profesional con brackets, alineadores (como Invisalign) o técnicas ortognáticas en casos complejos, siempre con evidencia clínica comprobada.
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Terapia miofuncional supervisada para niños con respiración bucal, succión de dedo o maloclusiones tempranas. En este caso sí está respaldada y funciona bien en edades de crecimiento.
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Mejorar hábitos posturales y respiración, acompañado de ejercicio físico, puede aportar mejoras estéticas sutiles sin riesgo.
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Conclusión
El mewing es una tendencia popular y atractiva que ha generado mucha atención mediática. Su origen en teorías controvertidas como la ortotropía le añade un aura de rebelión contra la ortodoncia tradicional.
Sin embargo, no hay evidencia científica sólida que respalde la mayoría de sus promesas, especialmente en adultos.
Puede tener efectos menores o temporales, pero también conlleva riesgos si se practica sin guía profesional.
Mientras tanto, las técnicas comprobadas como la ortodoncia tradicional o la terapia miofuncional siguen siendo las opciones más seguras y eficientes para mejorar la mordida, la forma del rostro y la salud oral.